Se me había olvidado cuánto llevaba... Después de un tiempo indeterminado de espera, mi turno. Ya tenía asignado mi espacio, un hueco donde aposentar mis nalgas junto con las de mi inseparable compañera. Me podría haber tocado ir sola, menos mal que no. Unos minutos más hasta que se llenan los demás vagones. ¡Una eternidad! Unos instantes en los que la mente no hace más que dar vueltas y arrepentirse de haber tomado esta decisión... pura tortura... ¿masoquismo?. El tren se empieza a mover... y el gusanillo del estómago empieza a hacerse notar... De pronto, mientras el tren se empieza a deslizar por las vías y ascender al aire, una emoción invade mi cuerpo. Parece que el miedo del primer momento se disipa a medida que vamos alcanzando el cielo más y más... Todavía soy capaz de mirar abajo, al suelo, donde las siluetas se van alejando, haciéndose cada vez más minúsculas. Incluso miro al frente y a mi alrededor. ¡Incluso disfruto de lo que veo!
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Y en el momento en que más desprevenida estaba una bofetada de gravedad y aire frío me paraliza, me empuja hacia atrás. A una velocidad vertiginosa desciendo del cielo al infierno. Mi corazón late a la misma velocidad que las ruedas que me transportan. Hace un rato que he empezado a gritar. Creo que me voy a chocar contra el suelo. Mis manos agarran con fuerza la barra de metal que tengo a mi alcance, pero me sudan las manos -me suda el alma, ¡me sudan hasta los ojos!- y me resbalo en mi propio temor. Así, en un ataque de emoción y miedo, me aferro al brazo de mi acompañante, que entona el mismo berrido que yo.
.Vueltas, kilómetros por hora y más vueltas. Una curva a la izquierda, otra a la derecha. Un giro, y nuevamente una subidita que me deja respirar por unos segundos... Trago una bocanada de aire. Grito y miro a mi amiga con los ojos brillando tras la proeza de haber pasado la primera parte. Una mezcla de placer y vértigo. Casi me infarto, pero el sabor de boca se va haciendo cada vez más dulce. Miro al frente y vuelvo a embelesarme por lo que veo, hasta que otro precipicio mecanizado me golpea por segunda, tercera y cuarta vez. Ahora no acierto a mirar a otro lado más que a la única coraza que me protege: el arnés que sujeta mi cuerpo pegado al sillón del cochito.
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Sin embargo, todavía queda lo peor... No quiero pensar en ello, pero ya lo veo frente a mis ojos, ya lo sabía antes de decidirme a experimentar esta atracción... Volvemos a entonar al unísono el alarído del pánico y la exaltación. Ahora vuelo al reves, con la cabeza donde los pies y los pies donde la cabeza, con la sangre en el cerebro y las neuronas en el corazón. En dirección contraria y al derecho otra vez.
.Esta coctelera de vueltas y re-vueltas me golpea una última vez. La peor. Un vahído consciente que me deja exhausta. Con cada alarido los pensamientos salen por mi boca. He perdido hasta mis zapatos, ¿con qué voy a caminar? Me acuerdo de toda mi parentela, ¡hasta de la que no tengo!
.Destino: "Final". Cuando por fin consigo bajarme, con las piernas aún temblorosas, me doy cuenta que HE DEJADO DE EXISTIR...
.Esto es Sydney. Y no, no he estado en el parque de atracciones... Así he conocido Sydney. Así soy yo en esta ciudad encantada.
Como en una montaña rusa. eh? Yo creo que así realmente es la vida. Muy interesante tu post. me alegro de que escribas lo que sientes porque debes de estar sintiendo muchas sensaciones y muy deprisa. Párate un momento a disfrutarlas porque si no lo haces volverás y echarás de menos lo que dejaste. Probablemente ésta es una de las experiencias más fabulosas de tu vida. ¡¡¡¡qué envidia¡¡¡¡¡
ResponderEliminarNo sé por qué, pero tenía el presentimiento de que me responderías a este post... ¿existe de verdad el sexto sentido? ¿existe de verdad la telepatía? ... Me alegra oírte!! Sí Mariancita, en estos dos meses de experiencia he vivido tantas sensaciones y emociones... buenas y malas, por eso lo de la montaña rusa. Esto es simplemente un resumen de un tiempo determinado, pero como tu dices, así es la vida... aunque no siempre nos guste bajar a los infiernos... Siempre se dice que hace falta tocar fondo para llegar más alto, ¿no? Espero que todo te vaya bien! besos miles!!!
ResponderEliminarque vértigo¡ pero la vida es así y apesar de eso, o por eso, merece la pena vivirla ...
ResponderEliminarPulsatilla
Que pena, estuve tentando a que me dieras el nombre de "esa" montaña rusa para buscarla por internet y si algún día voy no dejar de visitarla...
ResponderEliminar..."esa" montaña rusa es la VIDA!! y hay que disrutarla como mejor podamos (como estas haciendo), sigue igual
Muchos Besos,
Jero
Bueno brother, la verdad, "esta" montaña rusa no te la recomiendo para nada... quizás en un futuro agradezco tantos 'vuelcos', pero no ahora...
ResponderEliminarCon tanto meneo me han entrado ganas de ir al Luna Park! Jajaja! Cuándo vamos? Este finde? Si hace bueno, claro! Jajajaja!
ResponderEliminarMe ha encantado el post, feita!
Ños!, qué buenos los comentarios, y el post ni te cuento, aquí hay nivel..que si la vida se menea? ni te cuento... yo por fín después de tanta montaña rusa he encontrado un poco la estabilidad, ya verás ele que también te llegará ese momento pero ahora no toca y aprovecha!, yo de hecho la hecho de menos,ja,ja..Ali.
ResponderEliminarAy Ali!! pq te quiero tanto?!?!
ResponderEliminarY tanto! la vida es una coctelera, y a veces sabe mas a lima... pero por lo menos tiene jugo... Me alegro que estes tan feliz!! Sisters 4ever!
Feita, ahora q no me siento como si me hubiera echado el piropo yo sola xq ya me has dicho q esa al lado de la q aposentas tus nalgas y grita al unísono de tus alaridos soy yo, tengo q decirte q me encanta ser tu acompañante en esta montaña rusa q es Sydney y que quiero seguir siéndolo en esa otra aún más imponente y sobrecogedora -aunq por eso emocionante- q es la vida. Tqm, Sydneysider!
ResponderEliminarEs verdad que la vida es como una montaña rusa pero, por muy mal que lo pasemos, siempre será más divertida que la aburrida y pacífica noria.
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