...LO DESCONOCIDO ES EL LUGAR DONDE SE PRODUCE EL CRECIMIENTO,
NO TIENES QUE SABER A DÓNDE VAS, LO IMPORTANTE ES ESTAR EN EL CAMINO...

martes, 5 de octubre de 2010

Ruben Rada

Perdonen que me retrase... pero mi alma sigue volando... ya casi ha aterrizado a casa, aunque a veces sigue revoloteando y escapándose de noche por la ventanta... como un adolescente. Se escurre por entre mis ropas... y se esconde bajo las sabanas.
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A pesar, pero también gracias a este vuelo, puedo ir cerrando este blog que ya ha pasado su primer año de edad (creo que le están empezando a salir los dientes)... Pero bueno, al grano, no podía cerrar este año de experiencias sin hablar de una persona importantísima, de una figura que Siempre ha estado en mi sombra australiana. Un padre, un amigo, un apoyo que sin duda es difícil de olvidar. ¿Lo conocen? ... se llama Ruben Rada, ¿no? ¡se los voy a presentar!:
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¿Cuántas lágrimas habrá visto derramar? ¿Cuántas historias habrá escuchado? ¿Cuántas almas habrá consolado? Con su forma de ser todos le quieren y, por eso, todos le toman como un confesor, lo que en vez de una rejilla, una mesa de por medio, un cigarrillo siempre entre los labios y una copa llena entre las manos. Ojos lacrimosos, penas que inundan corazones, , manos sudorosas que se estrujan nerviosas, planes de futuro que enturbian cerébros, mil palabras que salpican sus oídos...
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¿De qué está hecho su corazón para no verse afectado por tantas vidas? ¿Cómo resiste para oír tanto y "no sentir"? ¿Cómo hace para enfrentarse a tantas caras nuevas que invaden su vida? ¿Cómo aguanta ese apegarse y despedirse contínuo? Siempre jóvenes que le transmiten alegría y vivacidad (va a ser que es vampiro de esa energía) pero también quebraderos de cabeza. Un puzzle de amores y desamores, de números rojos y sickhomes, de problemas familiares y de convivencia, de miedos a lo nuevo y de temores pasados, de anhelos y de esperanzas, de fiestas y de cuestiones laborales... Siempre en la misma silla, siempre con la misma quietud, siempre con el corazón abierto de par en par a jóvenes que, perdidos, intentan encontrar su lugar.
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Inevitablemente, como muelle en el puerto, ve cómo los barcos vienen y van. Impasible...
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Pero de vez en cuando los papeles cambian. Entre sombras y humo, es él quien cuenta sus batallas. Sus aventuras en moto -con o sin papeles-, sus andanzas como actor en Asia -digna de contar-, de las mujeres que han pasado por su vida -con las que no ha tenido mucha suerte-, de cómo las vueltas de la vida le han llevado a su negocio actual -un amigo, una putada de la vida...-, de experiencias esotéricas y fantasmas, de sus años detrás de una barra -reconocido internacionalmente-, de cómo acabó haciéndose un tatuaje -borracho y a traición como regalo de cumpleaños-, de su nuevo hijo -y la búsqueda de ranas-... y mil historias más que llenan sus venas de vida, su corazón de experiencias y su mente de memorias.
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Mientras, la música suena. Algo que puede llegar a ser tan importante, o incluso más, que la conversación. Y él se transporta en el sonido melódico mientras observa el escaparate de vidas. Fuma y fuma... y se pega baños de vino. Y habla. Y calla. Siempre será así. Pero, sobre todo, disfruta echándole sal a la vida o recordándo a su país, cantándo un Candombe, hablando de una muchacha o de la Mandanga, o preguntándose de quién va a cantar.
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Closed (Cerrados). Apaguemos las luces y brindemos con la sangre de la vida, pues lo único que tenemos es precisamente eso, Vida. (En definitiva, es la única forma de morir de plena).