Bueno... como empezar... Quizás diciendo que este viaje ya parecía gafado... Sí, porque si estuviera en Nueva Zelanda no estaría escribiendo este post, eso para empezar.
Maletas preparadas, billete para Nueva Zelanda a las 19.05 horas por Virgin Blue. Naty y yo (sin saberlo de antemano) tenemos un día espesito espesito. Nos duele la cabeza, no hemos comido todavía y estamos un poco plof. Hay que estar a las cinco de la tarde en el aeropuerto, para variar apuro el tiempo al máximo y al final me cogo un taxi en vez del tren. Creo que el tipo me tima: 45 dólares por el eterno trayecto. Naty todavía no ha llegado, la llamo para ver dónde está y resulta que su taxi ¡la ha dejado en la terminal que no es! Corriendo se coge otro taxi, y otra vez a desembolsar pasta, claro.
Por incluir algo gracioso en el relato... ¿a que no saben a quién me encontré haciendo cola para embarcar a Nueva Zelanda? Al canario que me encuentro por Sydney de forma fortuita! Qué risa, nos encontramos en unos sitios... mira que esta ciudad es grande!!
En fin, hacemos la cola y cuando nos llega el turno el chico que nos atiende nos dice que no encuentra nuestros nombres. Le damos el número de referencia pero nada. Viene el encargado, segundo intento y nada tampoco. Que nos metamos en internet (del aeropuerto) y cojamos el número de referencia. A todo esto nosotras super convencidas de que le hemos dado correctamente lo que nos había pedido, pero bueno, por corroborar...
Volvemos al tipo, le enseñamos el numerito, mira el resto de la información y nos dice: "Es que el vuelo que ustedes compraron era para el 10 pero de NOVIEMBRE". ... ... ... Sin palabras... La cara de Naty y mía fue un poema... Pero cómo fuimos tan tontas! Una por comprarlo, otra por no revisarlo!
Bueno pues no pasa nada... nos compramos otro billete y que sea lo que dios quiera! Que si teníamos que imprimir el ticket de vuelta (que habíamos comprado con otra compañía), que si tienen que asegurarse de que tenemos el billete de vuelta, que si vayan al mostrador tal, que si cuántos días nos vamos a quedar, que si... Todo problemas. "Chacho! que nos compramos el billete de ida y vuelta con ustedes!". Entonces sí.
Pues vuelta a empezar. Sydney-Christchurch a las 19.05 del día de hoy (10 de diciembre de 2009) y Christchurch-Sydney para el viernes 18 de diciembre a las 6.00 de la mañana. Redoble = 900 dólares entre las dos. Pfff... No queda otra y nos embarcamos! El tipo se pone a meter nuestros datos y coge un libro pa' lante y pa'tras... y de pronto nos dice: "Lo siento, no pueden viajar". QUÉ!!!! "A una de ustedes se le va a expirar el pasaporte en febrero, y para entrar a Nueva Zelanda no puede ser menos de tres meses... Podría venderles el ticket, pero allí el gobierno te retiene, te multa y te trae de vuelta, así que no les voy a vender el billete. Lo siento mucho". Y quién es??? YO!!!!! Se me caduca en febrero el pasaporte, sí. Pero y todavía está vigente!!! No entiendo nada... que rabia!
Momento de shock. Y ahora... ¿qué?
¡Hay que buscar una solución rápida! Pero está complicada la cosa. Sólo lo puedo arreglar en la embajada o consulado, renovando el pasaporte. "Bueno Naty, vamos a probar en Inmigración,a ver que nos dicen... total por probar... ya no perdemos nada".
Y a todo esto... "Naty, ¡¿por qué no te vas tú?! Yo puedo intentar ir mañana o pasado. Además sino ya no tienes oportunidad de ir otra vez..." - "¡¡Y qué voy a hacer yo sóla en Nueva Zelanda!! Además odio viajar sola!" - "No seas tonta" (...) (...). Naty sale corriendo como alma que lleva al diablo a comprarse el billete, mientras pregunto en Inmigración... lo que ya sabíamos.
En el mostrador Naty se agarra el pelo con una mano: "Pero qué calor!", y esta gente no me atiende!". Por fin nos hacen caso: penúltimo billete vendido para ese vuelo! Y despedida fugaz... ¿nos veremos en Nueva Zelanda?
Naty se va. Y me quedo yo... con mi maleta en el aeropuerto, sóla, con mis vouchers de las excursiones en el bolso, aturullada y más rascada que un piojo! (Naty ya tendrá que contar la otra versión: cómo se sentía ella en el avión, viajando sola a New Zeland, después de tanto estrés...).
¡¡Pues vaya mierda!! Me meto en internet y busco el teléfono y la dirección de la Embajada Española en Sydney. Llamo. que la única solución es hacerme un 'Pasaporte Exprés'. Que mañana vaya a primera hora a las oficinas a ver si hay suerte, porque lo tienen que autorizar desde Madrid, y que todo depende de lo que le parezca al cónsul que es una situación de urgencia... chungo... Si no me lo dan mañana ya habría que esperar al lunes. Ahhhh!
Me siento en el aeropuerto como media hora. Mi cabeza da vueltas. Rabia. Impotencia. Mal humor. Cansancio. Tristeza. Enfado... Me vuelvo en tren para casa después de media hora: 15,60 dólares. Hoy me he gastado más de 50 dólares en transporte público para nada!!!! Coño!!! Encima!
Como cualquier cosa por ahí y me vengo a casa. Me voy a meter en la cama tal que ya... no aguanto más! Mañana excursión, pero en vez de por la salvaje Nueva Zelanda, por la Embajada de España en Sydney! Ya se sabe que las cosas no siempre salen bien... jo! pero esto... Siempre digo que las cosas pasan por algo, pero ¡¿¡y esto por qué!? Ahora sólo queda esperar a mañana... Ya les contaré en que acaba la cosa...
