...LO DESCONOCIDO ES EL LUGAR DONDE SE PRODUCE EL CRECIMIENTO,
NO TIENES QUE SABER A DÓNDE VAS, LO IMPORTANTE ES ESTAR EN EL CAMINO...

domingo, 10 de enero de 2010

Me, Myself and I.

Me habían ponderado el Paseo Coogee-Bondi, así que el fin de semana pasado (sí, ya sé que llevo un retraso...) decidí aprovechar que hacía bueno -¡¡por fín!!- para hacerme el recorrido por la costa.Cogee Beach. La playa es bonita, parecida a todas las de por acá, pero no me gustó porque está lleno de familias (australianas) y niños correteando por la arena... La playa llena de jóvenes con tablas de surf, gente encremada hasta las cejas, niños con camisetas y gorras que le cubren cada resquicio de piel que pueda quedar expuesta al sol, y tatuajes, muchos tatuajes en todas las partes del cuerpo. Podría estar en cualquier parte... Es una playa donde van los aussies, pero aquí los australianos tienen muchos idiomas, muchos colores de piel... asiáticos, indúes, europeos...

Una mirada al mar...
Gordons Bay.
"¿Me puede sacar una foto por favor?". ¡¡El paisaje para qué!! En fin... así me ven el careto.

No me pude resistir a preguntarle a la pareja dueña de este perro (¿salchicha?) que me sacaran una foto... Una monada!!!
Aquí hay de todo, la verdad que se lo montan bien. Además de las playas, tienen piscinas naturales (entre rocas o sino se las inventan, como en la tercera foto arriba) o se fabrican una especie de muelle y así también los que nos les gusta la arena pueden tirarse como lagartijas. Esto es Clovelly Beach.

Primero me tiré en Coogee a leer y descansar un rato, y después cogí el camino. Sinceramente me decpcionó un poco porque me imaginaba algo espectacular, y sólo encontré playas como las que ya he visto... y porque la parte que más me gusta es la de Tamarama-Bondi Beach, que ya lo conocía. Y sin embargo...


De pronto... ... un cementerio enorme... ... ¡Inmenso! Huge! Toda una explanada llena que da al mar. De pronto... siento que he encontrado un lugar de paz. Puede parecer patético, melancólico e incluso macabro. Pero caminando entre las tumbas encontré silencio para mi mente. Lápidas, obeliscos, tumbas, mausoleos... Y cuánto más camino más exentos es... Qué impresión... ... Mi mirada va más allá pero no hay final. Buen lugar para descansar. Mirando al mar para toda la vida...Entre el silencio de las olas y alejados del clamor de la gente. Paz. Sólo el chasquido de mis pies al pisar la hierba que ha nacido de la muerte hecha cenizas. Me siento tan bien... Siento que algo dentro de mí se relaja. Respiro profundamente mientras no paro de leer nombres, y nombres, y más nombres. In Love Memory of... tanta gente. Tantas vidas y tantas historias ya borradas. Escondidas bajo toneladas de tierra y piedra. ¿La barca de Caronte viene a buscarme? ¿Viene a llevarse mis recuerdos, mis angustias o simplemente pasa para que no me olvide de su existencia? De pronto voces. Alguien me turba, rompe mi silencio y mi momento. Y poco a poco vuelvo a la realidad. Desciendo nuevamente al camino costero para seguir mi ruta hasta Bondi.




Aquí lo que sí está genial es que junto a las playas tienen una zona ajardinada con mesas y el staff necesario para hacer bbq, ¿lo ven en la foto? Los fines de semana se llena de familias y jóvenes.
Between the flags... La señalización en las playas australianas indican que sólo se puede nadar entre las banderas de color amarillo y rojo (en la foto a izquierda y derecha, justo en el borde). Si alguien decide pasar esta zona de seguridad, los vigilantes de la playa hacen uso del micrófono para llamar la atención e insistir cuanto sea necesario para que la persona vuelva a su cauce... Bronte Beach. Me empezó a entrar hambre, así que me paré ante los 'tres' bares que hay en la playa y me puse a hacer cola en el que más lleno estaba. Se supone que cuánto lleno más bueno. Y sí estaba rico: Fish and Chips. Me senté en el paseo de la playa, un descanso para mi estómago y mis piernas.


Tamarama Beach. Después de Bondi Beach es la playa que más me gusta, es chiquitita y está protegida por los acantilados, así que no es tan ventosa, lo malo es que desde que empieza a atardecer se queda en sombra enseguida, como pueden comprobar.El final del recorrido: Bondi. La cámara se me quedó sin pilas, igual que yo... Pero por fin mi mente descansó en paz. ¿Sóla? Sí fui sóla. Y no pasa nada... ya sé que a veces puede parecerles raro. Pero al igual que yo recargo mis energías saliendo de marcha y bailando hasta que me cierran el local... De cuando en cuando, mi alma necesita pasear sola. Unas veces necesito hundirme entre el estruendo de la noche. Otras necesito elevarme entre el cielo azul para intentar tocar el sol... Es una forma de encontrarme a mi misma. Es una forma de oxigenar mis pensamientos. Pues entre el trajín y el ajetreo de la semana, entre el bullicio de la gente y la fiesta, entre la rutina del trabajo y el día a día... no siempre se puede pensar en claro. O mejor dicho, no siempre se tiene tiempo para pensar... A veces necesito parar. Parar de golpe, y darme una bofetada de descanso y reflexión pausada. Y es genial... porque después de estas bocanadas de aire, me siento en la gloria... me siento más YO y más en paz conmigo misma...