Mientras para amenizar el trayecto, el guía nos hizo presentarnos uno a uno. El ritual era ir a la parte de alante de la guagua, y con el micro en mano, contar al resto de los compañeros de viaje un poco sobre ti. Nombre, país de procedencia, ocupación, por qué Nueva Qué y, la pregunta más importante para Contiki: qué luz del semáforo eres: rojo, amarillo/ámbar o verde. Mary! se copiaron de tu idea en la boda!! jajaj. Así tuvimos pedazos de historias, trozos de vidas tan dispares como curiosos.
"Hola, mi nombre es David y soy de Melbourne, Australia", "Yo he venido con mi novia y esto es una especia de luna de miel -wow wow!! gritos en todo el bus-", "Mi nombre es Chin -se toca la barbilla con la mano- como barbilla en inglés. Chin. Todo el mundo piensa que soy homosexual, ¿saben lo que es homo? pero no lo soy! -risas por toda la guagua, hahaha!", "Mi luz es... soy... soy una especia de ámbar -jajaja-", "Soy Caleb, soy actor y cantante -más tarde comprobaríamos lo bien que canta!-. Bueno he pensado que puedo contarles un poco sobre mí o contarles un chiste, así que allá va (...)" éste no tenía vergüenza y no soltó el micro en un rato! a diferencia de otros: "No, no quiero salir. Odio estas cosas. Mi nombre es Natalia... (...)", ya se saben la historia! "Tengo 18 años y me acabo de graduar! yuhu!!! Me voy a coger un año libre para viajar", "Mi luz es roja. - ¿y dónde está tu novia? le pregunta el guía en el apartado de ruegos y preguntas - No quería que viniera -ohohoh!! jajajaj-", "Mi nombre en coreano es muy complicado. Siempre que digo mi nombre en coreano nadie se acuerda, así que me pueden llamar Owen", "Soy de Estados Unidos, de una ciudad cerca de Nueva York. Trabajo en un hospital como farmacéutica. Simplemente necesitaba un descanso y aquí estoy", "Mi novia está aquí así que tengo que decir que mi luz es roja, hahaha", "Yo no tengo nada especial que contar, porque me llamo Lisa, como otras dos chicas más, también soy de Queensland, también vengo con una amiga y también...". Y así cincuenta historias.
El trayecto así se hace más ameno. Una parada para sacar fotos. Otra parada para vaciar vejigas. Otra parada en ARROWTOWN. Un pueblo precioso, pequeñito, como de cuento, con unas casas enormes y bonitas, y flores mami! unas flores enormes y super coloridas. Media hora y corriendo a la guagua otra vez.
Última parada
QUEENSTOWN. Primera visita:
Kawarau Bridge, el puente más antiguo de bugy jumping de Nueva Zelanda. Puedes elegir tocar el agua y hasta dónde. Un grupo considerable decide probar el riesgo en este puente. Naty yo nos reservamos para otro mejor!
Nos instalamos en el hotel, Naty y yo compartimos habitación con Merel, de Holanda. El tiempo justo para poner los pies un poco en alto, una ducha rápida (no nuestra room-mate, que no sé por qué le tiene miedo al agua y prefiere hacerse la ducha del gato... estos europeos...) y arreglarse. Hoy hay cena en un restaurante con vistas a la ciudad, pero Naty, Carolina, Argelia y yo, decidimos no ir. Ya nos hemos apuntado a muchas excursiones y el dinero no se puede estirar más. Además podemos subir en cualquier otro momento pagando entrada, sin cena, y es más barato.
Una vuelta por la ciudad, más bien buscando un sitio para cenar que viendo el entorno. Hemos quedado con el resto del grupo en un bar a las 10, pero sólo voy yo, las niñas se van de vuelta al hotel. Primero un bar con una hoguera dentro (qué rico!) después un sitio que se llama algo como World Bar, donde te sirven las bebidas en teteras. Me voy a pedir una, pero "te invito yo". Me llamo ¿?. Es un alemán que vive en Nueva Zelanda desde hace un año o así, es artista. Estoy con el tío este y con la gente de mi tour, pero sinceramente, no entiendo su forma de divertirse. Me acordé más de tí Ali! jajaja. Haciendo el chorra toda la noche, en círculo... no, no. Lo paso bien un rato, pero me canso y me voy a dormir.
Al día siguiente, hasta la tarde que Naty y yo nos hemos apuntado para hacer Horse Riding, lo tenemos libre. Nos vamos a la ciudad a verla de verdad. El puerto. Seguimos caminando hasta los Jardines de Queenstown. "¿Y para qué vamos a ir allí si no hay nada?" me pregunta la pedorra de mi amiga, jajaj! "Pues para ver la ciudad desde el otro lado y para dar una vuelta!". Menos mal que fuimos, fotos por aquí, fotos por allá (menos mal que nos entendemos, somos igual de coñazo). "No, sácame otra que no me gusta cómo saglo". "No, eso no es lo que quiero que saques. Otra vez por fa". Y así todo un camino por un pequeño istmo que hay enfrente del a ciudad con vistas al lago Wakatipu, pues Queenstown está ubicado al borde de este lago con unas vistas espectaculares a las Remarkables Mountains, las montañas más famosas de Nueva Zelanda por su estación de esquí. Se nos pasan las horas volando con estas vistas!
Tiempo justo para comer. Encontramos un puesto de
Fish and Chips, super barato y riquíísimo.
Time to ride a horse! No sabíamos lo que íbamos a disfrutar con esta excursión. Nos montamos en un barco tipo Titanic, va con carbón!! En la cubierta una señora toca el piano. Tenemos que atravesar el
lago Wakatipu para llegar a
Walter Peak, donde vamos a montar a caballo. Las vistas son increíbles... Y llegamos a un sitio más bonito todavía!! Una casa inmensa, la Casa del Gobernador, con unas montañas detrás, todo rodeado de flores amarillas y el mar a nuestros pies.
Nos recibe el señor de los caballos, nos da las instrucciones pertinentes y a disfrutar. Me toca justo detrás de él. Mi caballo no me hace ni caso, no hace falta que le dirija nada, pues hace todo lo que hace el caballo del guía. El camino no es nada complicado, y las vistas mejoran a medidad que avanzamos. El guía lleva doce años viviendo aquí, antes estaba en la armada, pero ahora disfruta de su pasión: los caballos y de la tranquilidad de este lugar perdido en medio de Nueva Zelanda. Un paraíso en la tierra, como dirías Oliver!
Se nos hace demasiado corto. Hubiera estado horas y horas a caballo por este lugar! Pero es hora de marcharnos, podemos disfrutar media horita más antes de que el barco nos lleve nuevamente a la ciudad. Vemos còmo esquilan a una oveja, un par de fotitos más en la Casa del Governador y a bordo.
Esta noche nos llevan a un bar que está a -5ºC. Sí, un bar de hielo! Naty me adelanta que es un poco KK (ya ha ido en su viaje por la Costa Este de Australia con Manolo). Aun así, quiero verlo! Y como ella me había adelantado... Para empezar no es un bar, es una habitación minúscula, segundo, pagas 25 dólares y sólo puedes estar media hora! Pero bueno, una experiencia oye! Te visten como un esquimal, y una vez dentro bebes en vasos de hielo!! Todo está decorado con figuras de hielo: una palmera, Papa Noel, un indio, sillones... Advierten a los atrevidos "Si alguien quiere lamer alguna figurita, cuidado con el hielo, que se queda pegado a la lengua!".
Esta noche la gente está preparada para desfasar a tope. Gritando subidos a la barra del bar bailando en el palo este de hacer striptease, subidos a las mesas excitados. Esta noche, más que la anterior, las luces del semáforo Contiki se mezclan hasta hacer el arco iris. Ya hay cotilleo para mañana. La mayoría de mis compañeros de viaje tienen entre 18 y 24 años (la excursión es sólo para gente entre 18 y 35) y han decidido venir a NZ para drink and fuck. De hecho muchos no hacen excursiones pero se gastan la misma cantidad de dinero en copas por la noche, vale que son caras he de decir, pero que pena! Ya que vienen tan lejos! y mira que soy la primera que le gusta más una fiesta que comer, y ya es decir! Esta noche me lo he pasado mejor, Carolina ha salido, los latinos nos entendemos mejor definitivamente.
A la mañana siguiente me levanto con un nervio en la mente: hoy voy a hacer Bungy Jumping!!! Naty ha tenido que madrugar porque también se apuntó a hacer el Swing Canyon, que es hacer bungy pero en vez de tirarte al vacío es como el péndulo de un reloj, ya les contará ella mejor. Me levanto para ir al Spa del Hotel, me voy a fundir un rato en agua y a relajarme, he decidido que este break en Nueva Zelanda me sirva también para descansar, no sé si lo conseguiré...
A las 12.50 horas tengo que estar en la ciudad en las oficinas del Bungy, allí me encuentro a Naty. Hay internet gratis y decido llamar a mi madre... Error!! Intento contarle cosas de los días anteriores, no quiero contarle que me voy a tirar por un puente porque la mato del susto, ya se lo contaré después! Pero ay! esta boquita mía! Primero como estaba hablando rápido porque no tenía tiempo, me nota rara y me pregunta qué me pasa. Segundo, la pregunta del millón; "¿Qué vas a hacer ahora?" - "Mami, ¿de verdad quieres que te lo cuente? ... ... -lo intento arreglar- Pues nada me voy a dar una vuelta con Naty por unas montañas de por aquí". Pobre mujer... la dejo inquieta! Sorry mum!!
20 minutos de trayecto hasta llegar al lugar donde nos vamos a tirar.
Oh God! Cuando llegamos y vemos desde donde nos tenemos que tirar... Madre mía! Hasta ahora no estábamos nerviosas... pero cuando te ponen el arnés, y ves el barranco.... Dios!! Nos meten en una especie de carrito de la compra, como dijo un compañero de viaje!, con el suelo de metal y desde el que ves el suelo! Naty y yo, bien agarradas con una mano a la barandilla y con la otra sacándonos fotos excitadas!!
Llegamos a la caja que está colgada en medio del barranco, tiene una zona del suelo de cristal, si me da miedo pisarla como voy a saltar!!!
Una música estridente nos recibe. El resto de los saltadores están blancos o amarillos, y tiemblan. Se respira un ambiente angustiante. Nadie habla, y si lo hace es para decir que está cagado de miedo!! Mis manos me sudan. Quiero tirarme, pero ahora estoy aquí y no sé cómo lo voy a hacer. Sobre todo porque soy yo la que tenga que dar el paso en el vacío. Nadie te empuja (está prohibido), nadie salta contigo (comparándolo con el
skydiving). Tú, sólo tú y tu miedo!!
"No quiero saltar!!! Naty no quiero saltar!"
A Naty y a mí nos toca las últimas, el tiempo de espera me sirve para tranquilizarme. Aunque por otra parte, la gente que se va tirando al subir no está eufórica, está como en estado de
shock. Mal rollo. ¿No les ha gustado? Varios están reticentes a saltar, y la chica que te prepara tiene que hacer su papel de psicóloga. Cada vez queda menos gente para que llegue mi turno... Ahahaha!!!
Mi turno. "Elena Armas - 65kg - Are you ready?" ... Pues no lo sé... La tranquilidad que había conseguido instalar en mi cuerpo se desvanece. Mi corazón empieza a latir más rápido. La chica me sienta en una especie de asiento quirúrgico, me tiene que poner las cuerdas en los pies. Me empieza a explicar lo que me va a pasar y lo que tengo que hacer una vez que haya saltado y esté colgada boca abajo. "Te tienes que tirar de esta cuerda roja que tienes en el pie izquierdo para que te quedes sentada. Luego nosotros te volvemos a subir. Sino consigues tirar de la cuerda te vamos a tener que subir boca abajo.... ¿Lista? Antes de saltar sonríe para la cámara". Encima!! Me levanto y empiezo a temblar. Además del cague, tengo unas cuerdas que te unen los pies y no te dejan andar, voy dando pasitos como un pato... "Te tienes que poner en el borde de la plataforma". Es decir, al borde del precipicio. Le agarro a la buena señora la mano con fuerza. "Más al borde, más, más!!", me dice. "¡¿Más?!" Ay dios mío! Miro para abajo y pienso "No puedo, no puedo...". La peor parte es esta, cuando estás apunto de tirarte y sabes que tienes que dar un paso hacia adelante!"Mira hacia arriba", me indica la señora, "voy a contar y cuando llegue a cero te tiras". Ay dios mío!!!!! "5, 4,... " Cómo lo voy a hacer!!! "3, 2..." Seré capaz de tirarme??" "1,0".
... ... ... ... Doy un salto en el aire!! en la NADA!! De pronto me siento volando! cayendo al vacío!!! Estoy gritando?? no lo recuerdo. Sólo veo como voy cayendo! Siento el aire chocando contra mi cuerpo. Me siento libre. No siento que nada me agarre ni nada me sujete. "Funcionará, no?". 134 metors, 8 segundos y de pronto un bote. "YA?!?!?!?" ¡¡¡¡Se acabó!!!! El puente más alto de NZ y ya se acabó! Entonces recuerdo: "tira de la cuerda". Me estiro para jalar de la cuerdita. No llego! Yo no quiero que me suban como un pollo!!! me estiro un poco más, lo consigo y me quedo sentada. Sentada, colgando de un trozo de cuerda elástica en medio de un precipicio. De pronto, escucho un "crsh crsh" de la cuerda! "Joder! esto que es!", miro hacia abajo... "Espero que después de saltar esto no se rompa!!!" Mis manos aprietan con mucha fuerza la cuerda, mis dedos se incrustan en ella. Sigo colgada. Empiezo a gritar. Ahahahahah!!! Ahahah! todavía tengo adrenalina que vomitar por la boca. Ahahahah!! Ahahah! Ahahahah!!!! Miro hacia el frente, las montañas. Miro hacia arriba "¿Cuándo me van a subir?". Miro hacia abajo: tierra y agua. Miro a mi alrededor y sigo gritando. Ahahahah! Ahahah!!! Empiezo a ascender lentamente. Llego arriba, y le empiezo a gritarle a Natalia "Guapísimo!! Increíble Naty!! Increíble!" Mis manos agarran tan fuerte la cuerda que mis dedos se han quedado engarrotados. Me siguen sudando las manos. La exitación sale por cada poro de mi piel. Sonrío a más no poder.
Empiezan a preparar a Naty. Cojo las cámaras de fotos para grabarla a ella. No tengo pulso, las manos todavía me tiemblan, "¿Cómo le saldrán las fotos con este tembleque?". Una sensación difícil de explicar todavía me invade por dentro y por fuera!!! Ahora que veo como Naty salta lo difruto por segunda vez. Esta sensación de exitación y libertad me durará no sólo todo el día sino todo el viaje. Incluso ahora que se los cuento, todavía me pongo nerviosa, el corazón se me acelera y las manos me sudan. Repetiría. Vamos que si repetiría!!!
Naty se resiste "Nooo, noooo!!!". Yo le grito "Salta, Salta!" y la señora le tranquiliza al oído. "5, 4, 3, 2, 1, 0". Grita, gritaaaa... y la dejo de oir. Yo sonrío!! Pienso que está disfrutando como yo hace menos de cinco minutos. Pero cuando sube, le pregunto "¿Te ha gustado?" y me responde "No". What!! Tardará días en darse cuenta de que sí le gustó. Cuánto más ve el vídeo (ya lo colgaré que ahora tarda una eternidad), más consciente es del salto. Aunque es verdad que cuándo le cuentas al resto de compañeros el salto, tienes la sensación de haber estado horas sufriendo y tan sólo 8 segundos de disfrute. Pero que 8 segundos!!!!! INCREÍBLE!!!!!!!!
Hecho!!!
Con la adrenalina corriendo por las venas nos regresamos a
Queenstown. La emoción todavía me invade mientras escribo el relato, tengo hasta ganas de gritar ahora!!! Retomo... Lo que nos queda de tarde la tenemos libre. Es el tercer y último día que pasaremos aquí, así que decidimos subir al
Skyline Restaurant, el sitio con vistas a toda la ciudad, ¿recuerdan? Bueno, antes comemos en un sitio de hamburguesas super rico y famosos en la
city! (siempre estaba a tope!).
Con las barrigas llenas cojemos la
gondola, y ascendemos y ascendemos al cielo de
Queenstown. Se ve precioso! (parece que no se decir otra cosa, no? pero es que lo era!) Damos un paseo y sacamos mil fotos.
Ay Papá! como me acordé de tí!!! Han hecho el restaurante en lo bajo de la colina, de forma que si subes a lo alto ves las vistas con la mole delante ¿qué inteligentes, verdad? Naty y yo nos las vimos para poder sacar las fotos sin la mole gris horrible que han hecho... porque encima es fea!!!
Después de este agotador día, nuestros cuerpos están resentidos. Llegamos al hotel, me tomo uan caña con el resto de compañeros. Intercambiamos experiencias y al rato a la cama, que al día siguiente nos esperaba otro largo día. Madrugón y muchas horas de guagua.